Por fin han llegado las ansiadas vacaciones y nos surge la misma cuestión cada año… ¿Es mejor mandar deberes a los alumnos, o dejarles descansar?
Llegan las vacaciones escolares y muchos padres viven con el miedo a que sus hijos olviden lo que han aprendido durante el curso. Muchos de ellos, de hecho, preparan diversas actividades incluso diarias para que ejerciten la mente durante estos meses. Pero, ¿es eso lo mejor para ellos?
Si como padre te encuentras en esta situación, o como profesor no sabes si debes mandarles deberes o no, puedes tomar nota: al margen del rendimiento escolar, múltiples expertos aconsejan desconectar al menos entre dos semanas y un mes. Tan importante como estudiar es descansar y romper con la rutina.
Pero, ¿se puede desaprender?
La mayoría de los especialistas coinciden en que puede producirse cierta pérdida de contenidos. Sin embargo, añaden, que «cuando el aprendizaje es significativo, tiene utilidad lo que se aprende y se aplica a situaciones de la vida cotidiana, perdura en el tiempo. Mientras que los contenidos que se memorizan se van olvidando si no se hace uso de ellos o no se repasan», explica Óscar Abellón, director pedagógico del colegio Nuestra Señora del Pilar de Soria a El Mundo.
El problema de verdad viene en la pérdida de los hábitos. No obstante, esto no quiere decir que les matemos a deberes durante el verano. Hay que ser conscientes de que deben descansar.
El punto medio entre el descanso y el repaso

¿Sabías que el cerebro humano tiene que resetear durante un tiempo y cambiar de actividad? Así se recupera esa frescura y capacidad de seguir hacia adelante. Pues en la educación pasa algo parecido. El alumnado ha realizado un esfuerzo y necesita «desconectar» para «regenerar», haya aprobado o no. No obstante, los expertos recomiendan que en sus casi tres meses de descanso dediquen un rato al repaso.
Y lo mismo pasa con los profesores. Puede que ya haya empezado el verano y estés pensando en el próximo curso, en preparar las clases. ¡Quieto! Permítete a ti mismo descansar y ya verás como dentro de unos días estarás mucho más fresco.
¿Qué forma de repasar es la más adecuada?

Lo primero de todo es tener en cuenta que las tareas de repaso se recomiendan para niños a partir de 6 años.
Una vez que los niños empiecen la educación primaria, es importante que el repaso se centre sobre todo en la escritura y la lectura. Estas dos disciplinas son, junto con las matemáticas, las que más opciones hay de olvidar si no se practican. No obstante, no hay que forzar a los niños, deben de sentirse dispuestos y buscar las formas de aplicar el conocimiento de forma lúdica. Tanto si eres padre como si eres profesor es una idea genial que uses la diversión o los retos para que se muestren activos y decidan colaborar.
En el caso de las matemáticas, como profesor puedes recomendarle a los padres que les pongan juegos o les involucren en las tareas del hogar. Esto funciona muy bien para niños que están empezando a hacer sus primeras operaciones de sumas y restas.
En el caso de que sean niños mayores, puedes recurrir a YouTube. Hoy en día hay muchos niños que amplían sus conocimientos a través de las redes sociales. Seguro que con el contenido audiovisual se mostrarán menos reticentes a repasar.
¿Cuánto tiempo es el adecuado?
No demasiado. Con un cuarto de hora al día, durante dos o tres días a la semana será suficiente para reforzar la lectura comprensiva y la ortografía.
Jugar al aire libre
El verano es muy largo, y está lleno de chuches, helados y comida que a veces puede pasar factura. Los niños estarán acostumbrados a realizar actividades extra escolares que involucren el deporte. Con la llegada del verano estas actividades se descuidan y los niños pasan más tiempo en casa frente a la Tablet que jugando y moviéndose.
¡Pues no puede ser! Te recomendamos que aproveches el buen tiempo para que jueguen al aire libre y se muevan. ¡Adiós al sedentarismo!





